PSICOTERAPIA
INTEGRATIVA Y TRANSPERSONAL
 
 
 
 
 

Psicochamanismo Integrativo

Por Carlos Velasco Montes. Psicólogo

 
         
 

 

   

El Psicochamanismo Integrativo es un sistema creado por el psicólogo Carlos Velasco.

Tiene una orientación psicoespiritual. Por un lado emplea la psicoterapia y, por otro, las experiencias transformadoras de naturaleza transcendental.

 

El chamanismo siempre ha existido en todas las tradiciones y en todos los continentes. En él están los fundamentos de todo tipo de salud. Aunque hay diversas formas de chamanismo, en general, todas ellos consideran que existe el cuerpo, la mente y el espíritu. En el chamanismo, la enfermedad es, en última instancia, la ausencia o lejanía del espíritu en la persona; en términos de psicología podríamos decir que el espíritu está velado por los conflictos psicoemocionales, siendo su origen diverso. Es por esta razón por la que tantos chamanes hacen sus rituales para traer el espíritu de nuevo al cuerpo, puesto que ha sido el conflicto psicoemocional u otras interferencias lo que desplazó al espíritu. En realidad, aunque el espíritu puede estar más o menos oculto, sigue estando siempre en el cuerpo de la persona. El Psicochamanismo Integrativo trata de integrar el chamanismo transcultural y formar una unidad con todo tipo de chamanismo, partiendo de los fundamentos cosmogónicos y las técnicas empleadas para devolver la salud física, emocional, psicológica y del espíritu a la persona. Respeta las diferencias de formas y no pierde el tiempo en batallas ya de antemano perdidas; tiende a un modelo constructivo, unificado y de integración. Ya se ha consumido demasiada energía en discusiones en honor de la importancia personal.

 

El Psicochamanismo Integrativo integra una serie de técnicas chamánicas y psicoterapéuticas de Oriente y de Occidente. Gracias a ellas, la persona entra en un proceso de autotransformación en el que recupera la salud psicológica, física y espiritual; tiene la posibilidad de ampliar su conciencia y de aproximarse a las luces del Gran Espíritu.

 

Este sistema, que participa en lo esencial de la Psicología Transpersonal, abre un espacio de integración del chamanismo con la psicología y la medicina.

 

Desde la perspectiva del Psicochamanismo Integrativo, contemplamos al ser humano como una unidad psicofísica y espiritual, en donde toda enfermedad física está causada por los conflictos psicoemocionales (también consideramos la genética y las influencias negativas de ciertos entes). La persona se ha alejado de su verdadera naturaleza, por lo que aparece la enfermedad como señal de alarma que le advierte de la obligación de regresar a su naturaleza esencial. Debido a esta disarmonía psicológica y física, se desarrollan las consiguientes enfermedades psicosomáticas; siendo, en última instancia, el espíritu el que está “extraviado”, “desorientado” o “velado”. En lo social, esta situación induce a la persona a conflictos de relación con su entorno.

 

La cura desde la perspectiva del Psicochamanismo Integrativo vendría dada por una serie de técnicas encaminadas a restablecer y mejorar la unidad psicofísica, la relación con el entorno y, especialmente, el desvelamiento del espíritu.

 

Utilizamos la psicoterapia fundamentalmente la Gestalt, la Bioenergética y la Psicodinámica Grupal para comprender el mundo psicoemocional de la persona y su historia biográfica. El individuo toma consciencia de sus viejas heridas, las vivencia, las comprende y las asume, lo cual conduce a su cura. Para el rescate o desvelamiento del espíritu empleamos, también, otras técnicas que no son psicológicas, sino espirituales; éstas van directamente a la apertura del espíritu, sin necesitad de pasar por la vivencia psicoemocional de la herida y la historia biográfica. Estos dos modos, el psicoterapéutico y el espiritual, los empleamos indistintamente.

 

Es un proceso sencillo, pero a la vez profundo, en donde todo tipo de personas, independientemente de su forma de pensar, tiene acceso a él y, por lo tanto, a la cura. Pasar por el proceso implica un cambio significativo en la vida de la persona.

 

El proceso se puede realizar en los talleres vivenciales de grupo o en consulta individual.

 

Algunas técnicas empleadas en el Psicochamanismo Integrativo

No es necesario tomar drogas psicodélicas para viajar. Existe gran número de técnicas que permiten hacer el “viaje”, teniendo estas menos inconvenientes que las plantas psicodélicas.

 

El estado chamánico de conciencia nos permite rescatar nuestro espíritu y aproximarnos al Gran Espíritu. Este estado lo conseguimos mediante métodos de catarsis del psicochamanismo y de la Bioenergética y la Gestalt. Estos son: el círculo de hiperventilación acompañado de ciertos movimientos corporales, el trabajo con el cuerpo, el diálogo y el canto primal, la danza primal, la fuerza de la dinámica del grupo, la repetición de una palabra de poder. También algunas técnicas específicas procedentes de las psicoterapias de la Gestalt y la Bioenergética.


Estas sirven para movilizar aquello que nos impide tener visiones de una realidad mayor. Por lo tanto, la tarea va encaminada a la toma de consciencia de la neurosis, es decir, de los conflictos psicoemocionales y de las enfermedades psicosomáticas causadas por la neurosis. Es la neurosis la que se interpone entre el espíritu de la persona y la percepción de otras realidades y podríamos decir que la persona está bajo un hechizo, como en la película de La Bella y la Bestia en donde el príncipe es hechizado en forma de una bestia por su egoísmo y sólo podrá desvanecerse el hechizo cuando reconozca el amor en su corazón. La purgación, limpieza o purificación de la misma del ego es el paso imprescindible y necesario para tener acceso al estado chamánico de conciencia. Por otro lado, el “viaje” chamánico facilita una comprensión mayor de las diversas realidades y la visión de las luces del Gran Espíritu.

 

Gracias a la dirección del psicochamán, los asistentes toman conciencia de sus conflictos psicoemocionales, de su historia biográfica, de la relación que tienen con el mundo. “Viajan” por otras realidades, recordando, después, la experiencia que han vivido. Han sido capaces de someter el ego a la voluntad del espíritu y tener experiencias transformadoras de naturaleza transcendental

 

Más allá de los mitos, los ritos, los arquetipos y los símbolos de transformación

El Psicochamanismo Integrativo los considera necesarios en cierto momento del “viaje”, pero los transciende.

 

Estos elementos actúan como “llaves de paso” y tienen, en cierto modo, una función parecida a una droga psicodélica, en el sentido de ser un medio, pero no un fin, para “entrar” en otra realidad, en otro nivel de consciencia, en un estado mayor de purificación del ego o personalidad.

 

Ciertamente los mitos, símbolos, ritos y arquetipos son necesarios en cierta etapa de evolución, porque nos facilitan la exploración de otros mundos, ayudándonos a comprenderlos, pero debemos considerar que sólo son medios facilitadores para encontrar el tesoro, no son el tesoro en sí. Considerar esto es importante para no caer en el error de “adorar” la forma y no el contenido.

 

El Gran Espíritu y Su creación

Más allá de estas las llaves expuestas arriba, está el método directo para conectar con la Fuerza (Fuente, Origen, o como se lo quiera llamar). Es muy importante considerar la Fuerza que mueve el universo, pues sólo así comprenderemos otras realidades.

 

La conexión, sintonía o unión con la numiniscencia del Gran Espíritu es lo que realmente importa, pues sólo a través de Él se obtiene el conocimiento y el poder de curar y de ser curado. Es la relación con la Fuerza lo que permite curar; lo demás es existenciario de Él, como los ángeles (las fuerzas formativas de la existencia) yines o genios (los que están sometidos al Gran Espíritu), ciertas entidades, plantas, etc.

 

Se dice que es el espíritu de la planta lo que cura, aunque, en realidad, es la fuerza del Gran Espíritu lo que hace que tal o cual planta posea poderes para curar. En última instancia, es al Gran Espíritu a quien hay que contemplar a través del espíritu de las plantas u otros elementos de la Creación. Todo está sometido al Gran Espíritu, todo proviene de Su origen y todo retorno a Él.

 

La necesidad de una cosmología

Por todo lo anterior comentado, debemos fundamentar nuestro conocimiento en una cosmología que considere al ser humano inmerso en la Naturaleza, el Cosmos, las fuerzas formativas y el Gran Espíritu, porque todo procede de Él y a Él retorna. Visto el ser humano desde esta interdependencia, comprenderemos mejor la causa de la enfermedad, el diagnóstico y la cura. Si tomamos muy en cuenta estas consideraciones, el camino de la cura personal y el de curar a los demás será más fácil y comprensible. Esto es Psicochamanismo Integrativo o Esencial, porque se queda con lo que es fundamental, haciendo siempre mención a la interdependencia que todo en la creación tiene con el Gran Espíritu. La energía del Gran Espíritu está en todas partes, pero no es el Gran Espíritu.

 

La mayoría de los movimientos chamániscos de todos los tiempos conocían y veneraban a un Gran Dios celeste, Ser Supremo, Gran Espíritu o Águila. Se Le conocía a través de Sus atributos, tales como el “elevado”, el “luminoso”, el “alto”, etc. porque, entre otras cosas, es una fuerza que es superior al ser humano, cuya naturaleza última desconocemos.

 

Existen, en lo fundamental, dos mundos, separados por un interespacio.

El mundo de la realidad ordinaria tiene su urdimbre en el expacio-tiempo, en los sentido, es decir, en lo sensorial; es el mundo de lo conocido, el dominio visible o reino de las formas sólidas.

 

Existe otro mundo que es el de las realidades no ordinarias, es el mundo del No-Visto, el reino de las formas del lo Invisible, en él no existe el espacio-tiempo ni el mundo de los sentidos; es el mundo de lo desconocido, de las formas originarias de las realidades de la creación, de los significados en estado puro, es el mundo de la visión intuitiva de los chamanes.

 

Entre estos dos mundos, existe un interespacio, una separación; es el reino del poder y de las luces.

Cuando el chamán entra en un estado chamánico de conciencia, sobrepasa la barrera que separa el mundo de lo conocido, para entrar en el mundo de lo desconocido o del No-Visto.

 

 

 

 
 
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Carlos Velasco Montes · Psicólogo Colegiado M-15178. Universidad Complutense

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