PSICOTERAPIA
INTEGRATIVA Y TRANSPERSONAL
 
 
 
 
 

La necesidad de unas enseñanzas en la vida cotidiana

Por Carlos Velasco Montes. Psicólogo

 
         
 

 

   

El libro Las Enseñanzas del Caballero de la Armadura Oxidada (4ª edición, Ediciones Obelisco) es la interpretación simbólica y psicológica del proceso de transformación por el que pasa un caballero de la Edad Media. Está basado en el libro El Caballero de la Armadura Oxidada del americano Robert Fisher.


A
l Proceso por el que pasa este héroe mítico podríamos llamarle psicoespiritual, porque es desde lo psicológico desde donde tiene que comprender cómo actúa su psiquis y, por lo tanto, darse cuenta de los conflictos psicoemocionales que velan o cubren la intuición del corazón, ser o espíritu. Al desmantelar todas las corazas emerge la presencia de lo numinoso del Sí mismo o Self, como diría Carl Jung. Es una "historia del despertar" del sueño de la ignorancia y la confusión para entrar en un estado expandido de conciencia, libre de la tiranía del yo. Es retornar a la esencia de uno mismo y unificarse con la Fuerza Creadora, la misma que nos permite disfrutar en primavera la contemplación de un almendro en flor.


Es una historia que añade discernimiento y comprensión a nuestro propio proceso psicoterapéutico, enfocado desde lo transpersonal, esto es, transcender el ego o yo experimentador para tener acceso a otras realidades mucho más certeras y saludables que las habituales.


En todo proceso de autodescubrimiento debemos considerar que tenemos una maravillosa carcasa que es el cuerpo, el cual tomamos prestado de la tierra y al que estamos obligados a cuidar. También tenemos los procesos psicológicos y emocionales que nos dicen el cómo contemplamos el mundo a través de los cinco sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, sin los cuales no podríamos percibir la existencia cotidiana. Asimismo, podemos vivirnos como un cuerpo energético bloqueado, hipertónico, anérgico o, por el contrario, fluido y tonificado. Por último, tenemos el corazón, en donde reside el Ser, el cual está velado por las capas de armadura que representan los conflictos psicoemocinales y las enfermedades psicosomáticas; por lo que, en última instancia, es el Ser el que está cubierto y enfermo. Por eso, debemos conocer la ciencia del yo y de cómo éste actúa, para aligerarlo de equipaje y, esclareciéndonos, poder contemplar las luces que hay más allá del ego y, por supuesto, estar con los pies a tierra en la vida cotidiana. Este es el proceso por el que pasa el Caballero que, aunque es difícil, sí es posible realizarlo. En su proceso se da la espiritualidad, la psicopatología y la realidad.


En la lectura de dicho libro nos vemos todos reflejados, por lo que es una guía con la que podemos aprender mucho de nuestro proceso particular. Poder diferenciar en uno mismo lo que es psicopatológico de lo que es real, puesto que es el objetivo de todo viaje de transformación interior y de la cura de nuestras enfermedades psicosomáticas.


El Caballero realiza un "viaje interior"; es el viaje del héroe mítico que aparece en la mitología de todas las tradiciones: Gilgamesh, Ulises o Zaratustra. Todos ellos tienen que realizar unas tareas para alcanzar la sabiduría interior, pertrechándose de la valentía para enfrentarse a las pruebas y salir victoriosos de las mismas.


Durante el Proceso de Desvelamiento por el que pasa el Caballero, contempla su historia biográfica, tomando consciencia de sus conflictos y traumas (heridas) y, además, y esto es muy importante, pasa por lo que Maslow llama "experiencias cumbre" o experiencias espirituales o místicas, que son sumamente transformadoras, porque van directamente al núcleo del Ser.


El núcleo de Las Enseñanzas del Caballero es que "tenemos que tener el suficiente coraje para poner en práctica el conocimiento que ya tenemos de nosotros mismos y las estrategias oportunas para transformarnos, porque sólo entonces podremos amarnos y amar a los demás". Es en el día a día en donde tenemos la posibilidad de poner en acción la valentía, enfrentarnos a nuestros dragones particulares y rescatar la princesa prisionera del dragón (el dragón en términos junguianos simboliza el falso yo). La princesa representa el ser o la esencia individual, que mora encarcelada en nuestro castillo interior, amenazada por los dragones de nuestros propios conflictos psicoemocionales.


 Llega un momento en la vida de uno en que tenemos que ser valerosos y tomar una decisión importante para salir del falso sendero y poner rumbo como lo hace el Caballero al Sendero de la Verdad, pues es muy importante tener un objetivo bien claro en nuestra vida, ya que sólo así podremos atravesar los océanos y llegar a buen puerto, el del Amor.


Así como el Caballero encuentra al mago Merlín, que le muestra el proceso de transformación para recorrer el camino, ascender a la montaña y ser feliz, también nosotros tendremos que encontrar a alguien (psicólogo, terapeuta, chamán, etc.), un guía que esté lo suficientemente transformado y que tenga unas herramientas terapéuticas que garanticen el cambio. En ese viaje sin retorno hacia la fuente de la salud de uno mismo, podremos descubrir todas aquellas barreras que nos impiden vivir.

 

En ese viaje heroico del Caballero, aparecen los símbolos de transformación, como son las siete pruebas por las que tiene que pasar, el dragón, la escalada a la cima de la montaña, que implica un esfuerzo; los castillos interiores del alma; la figura del sabio y el maestro interior; el bosque, que representa el inconsciente; los animales, la naturaleza instintual; las barreras y las piedras que se cruzan en el camino, los conflictos, impedimentos, etc. Estos símbolos nos permiten la comprensión de nosotros mismos.


Este es un viaje del héroe mítico y, por lo tanto, es un camino de espinas y de rosas, de sombras y de luces, de sufrimiento y de alegría. Es un tránsito para conocer la dualidad de este mundo ilusorio y, al trascenderlo, contemplar los diferentes mundos existentes o planos superpuestos de realidades diversas en nuestra vida cotidiana. Tendremos que traer el cielo a la tierra después de nuestras batallas cotidianas, seguir contemplando los cambios de las estaciones y hacer nuestra colada cotidiana, pues, sin lugar a dudas, siempre estamos en camino.

 

 

 

 
 
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Carlos Velasco Montes · Psicólogo Colegiado M-15178. Universidad Complutense

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